¿Por dónde nos llevan los libros?

En la casa de mi niñez no había libros. Y, sin embargo, yo me convertí en lector. Leía cuanto caía en mis manos y, poco a poco, la casa se llenó de libros. Primero llegaron Andersen y los hermanos Grimm. Luego Salgari, Dumas, Scott…

La literatura me enseñó rápidamente que el mundo era más grande que mi barrio, mi ciudad o mi país. Que existían otros mundos, reales o imaginarios, y que los libros permitían conocerlos, que con ellos era posible llegar a lugares insospechados.

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